miércoles, 17 de febrero de 2010

El umbral de los días eternos


Un pellizco de ceniza en la frente. Ceniza fría y gris, que nos recuerda la caducidad de la carne y la brevedad de las glorias del mundo. Glorias y triunfos... Ceniza. Nuestra soberbia se da de bruces contra la Cruz, para convertirse en polvo. Dulces clavos, dulce cruz, dulce corona de espinas...

En estos días que comienzan a alargarse, el cielo crepuscular adopta un tono violáceo, cómo si quisiera convertirse en túnica morada de terciopelo para Aquel que camina bajo el peso de la Cruz. Al alba, en cambio, el sol sueña con amaneceres de Viernes Santo. Amaneceres en los que el sol juguetea entre las bambalinas del palio de Aquella que está en San Gil, intentando besar su cara.

Este gris Miércoles de Ceniza, a pesar de todo, no es solo recuerdo de nuestra temporalidad. También es el umbral de los días eternos. Aquellos que nos invitan a contemplar un monte de lirios morados o a percibir las notas de unas Amarguras, y también a dejarse envolver por un aroma a incienso, canela y azahar. Dulces clavos, dulce cruz, dulce corona de espinas... Bienvenida seas, Cuaresma.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Muy interesante

El historiador y prolífico escritor, además de gran amigo, Guillermo Rocafort, me ha hecho llegar el programa de un interesante curso sobre los almogávares y su relación con la historia hispánica. A pesar de que, y bien que lo siento, el curso se impartirá en días laborables y por lo tanto de difícil asistencia para los que no vivimos en Madrid, incluyo el enlace para que podáis ver el contenido del mismo. ¡¡¡Desperta Ferro!!!
http://www.berenguerderocafort.com/tarjeton_almoga.pdf