lunes, 27 de octubre de 2008

Cultos a la Patrona de Ibi. Galería I. La talla al descubierto.

Amigos, esta y las siguientes entradas incluirán galerías de fotografías realizadas por mi durante los meses de agosto y septiembre, centradas en la imagen de la Bienaventurada V. de los Desamparados, Patrona y Alcaldesa Perpetua de la Real Villa de Ibi. No tienen la calidad de las hechas por los profesionales, pero, eso si, podéis guardarlas y usarlas libremente, siempre que sea con fines "honestos". No pensaba hacer esta exigencia, pero cómo por lo visto la moda de hacer constar la procedencia se ha generalizado, si las usáis no estaría de más que dijerais que proceden del blog Almogávar y Cofrade. Esta primera galería la hice concretamente la ultima semana de agosto, cuándo la Patrona de Ibi se encontraba en la sacristía de la P. de la Transfiguración mientras se procedía al montaje del altar de novena. Cómo veréis, aun se encontraba sin vestir, tal cómo se muestra a la veneración de los ibenses para la Solemnidad de la Asunción. Seguirá...




















miércoles, 15 de octubre de 2008

Y luego nos llaman radicales...


Lo sucedido el pasado 9 d´Octubre en Valencia fue una vuelta de tuerca más en la espiral provocativa y chulesca de la "troupe" catalanera, a la cual ya hace muchos años (demasiados) venimos soportando en este viejo Reino de Valencia.


El hecho, convenientemente silenciado por Canal 9 y Radio 9, acaeció una vez descendida la Real Senyera por el balcón del Ayuntamiento, tal cómo marca el protocolo al tener nuestra insignia el privilegio de no inclinarse ante nadie. Viendo la retransmisión en directo del primero de los medios de comunicación que he citado antes, no comprendía porqué la Procesión Cívica permanecía parada ante el Ayuntamiento sin decidirse a arrancar. Las cámaras ofrecían planos y más planos del parón sin que los locutores explicasen el motivo por el que se había producido. Única y fugazmente uno de los planos mostró en una fachada algo parecido a una cuatribarrada, aunque en un primer momento pensé que era algo imposible. Pero me equivocaba. Una porción de imperialistas de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) habían colgado en un balcón una enorme bandera independentista, además de una pancarta en la que se podía leer "per un païs independent".


Cómo es lógico, los ánimos se exaltaron, y numerosas personas paralizaron el avance de la comitiva, impidiendo que la Real Senyera pasase por debajo de semejante trapo. Os recomiendo que visitéis la web El Palleter para conocer más datos sobre el suceso. En las fotos, extraídas de dicha web, podéis apreciar las dimensiones del trapo, y el pelaje de la gentuza que lo desplegó. Tal vez con el calificativo de anormales me quede corto.


Y ahora pregunto yo, ¿cuánto tiempo más vamos a estar los valencianos mirando para otro lado y haciendo cómo que no pasa nada? ¿No son suficientes treinta años de soportar cuatribarradas, correlenguas, países catalanes, enseñanza del catalán en nuestras universidades y colegios, etc, etc? ¿Es que nos resbala absolutamente todo? ¿Dónde se ha quedado el orgullo valenciano de la gloriosa y feliz época foral?


De nuevo hago una cridà almogavar. Este viernes hay convocada una manifestación en Gandía a las ocho de la tarde en contra de la celebración del correllengua. Acudirá gente de diversas partes del reino. ¿No es hora ya de actuar?


sábado, 11 de octubre de 2008

Tristezas y alegrías


El título de dicho pasodoble dianero de Evaristo Pérez Monllor resume en su justa medida lo que ha supuesto este puente del 9 d´Octubre. Tristezas por el hecho de que la lluvia, aunque respetó la Procesión de la Real Senyera, deslució la magnífica cabalgata histórica celebrada por la tarde en el Cap i Casal a imagen de la organizada en 1428 por Alfons el Magnanim. Y especialmente porque el elemento acuoso obligó a suspender el acto de la Entrada en Albaida, dónde el que esto suscribe tenía previsto desfilar en una escuadra de negros. Y a pesar de que, cómo he dicho, durante la mañana no llovió en Valencia, la Processo Civica se vio alterada no por la lluvia, sino por un grupito de indeseables que... Bueno, lo que pasó merece otra entrada.

Y alegrías, las compartidas con un buen puñado, en cantidad y calidad, de almogávares en el enlace matrimonial de Vanesa y Diego. Enhorabuena de nuevo y feliz luna de miel. La rosa va por vosotros.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Flamege en l´aire nostra Senyera


"E quan uench altre dia a hora de uespres enuiam a dir al Rey e a Raiç Abulhamalet, per tal que sabessen los christians que nostra era Ualencia, e que negun mal nols faessen, que metessen nostra senyera en la torre que ara es del Temple. E els dixeren quels playa. E nos fom entre la rambla el reyal, e la torra, e quan uim nostra senyera sus en la torre descaualgam del caual, e edreçam nos ues hoirent, e ploram de nostres vyls, e besam la terra per la gran merce que Deus nos hauia feyta" (Llibre dels feyts de Jaume I d´Arago i Valencia)
Este es el texto original en Lengua Provenzal del "Libro de los hechos de Jaime I". En castellano viene a decir esto más o menos; "...y a otro día a hora de vísperas enviamos a decir al Rey (el musulmán) y a Raiç Abulhamalet, con tal que los cristianos viesen que Valencia era nuestra y que ningún mal les hiciesen (a los musulmanes), que izasen nuestra bandera en la torre que ahora es del Temple. Ellos (los musulmanes) dijeron que les placía. Y Nos estábamos entre la rambla del real y la torre, y cuándo vimos nuestra bandera sobre la torre descabalgamos del caballo, y girándonos hacia el oriente, y llorando nuestros ojos, besamos la tierra por la gran merced que Dios nos había hecho".
Supongo que no hace falta añadir que este fragmento hace referencia a la rendición de los musulmanes de la ciudad de Valencia. El Libro de los Hechos fue redactado por el propio Jaime I, por lo que está escrito en primera persona utilizando el plural mayestático. Amigos, feliz "Nou d´Octubre". ¡Vixca el Regne de Valencia!



lunes, 6 de octubre de 2008

Hace cuatrocientos treinta y siete años...

Justamente el 7 de octubre de 1571, el Estandarte de la Liga Santa, reproducido en la imagen, flameaba victorioso en aguas de Lepanto, tras una gloriosa jornada a la cual Miguel de Cervantes definió cómo "la más memorable y alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros".

En 1570 el Imperio Turco inicia una campaña de expansión por el Mediterráneo atacando Chipre y Nicosia, amenazando de esta forma en convertirse en amos y señores del Mare Nostrum. Ante la llamada de socorro de la República de Venecia, el Papa S. Pío V decide convocar a las potencias cristianas a integrarse en una coalición militar con el objetivo de frenar el avance turco. Esta solicitud fue desatendida por Francia, Portugal, y el Imperio Austríaco, lo cual significó que la Corona Española aportase la mayor parte de efectivos y medios, apoyada por otras potencias menores. Finalmente, la coalición, que recibió el nombre de Liga Santa, incluyó además de a España y Venecia, a los Estados Pontificios, la Soberana Orden de Malta, la República de Génova, y el Ducado de Saboya.

La Corona Española aportó la mitad de naves, soldados y dinero, por lo cual Felipe II exigió que la flota fuese capitaneada por un español, designando para ello a D. Juan de Austria, hijo natural de Carlos V, y por lo tanto hermanastro suyo.

Al amanecer del domingo siete de octubre la armada cristiana avistó a la turca, que se hallaba refugiada en el Puerto de Lepanto. Los cristianos contaban con doscientas nueve naves frente a las doscientas setenta y cinco turcas, pero en cambio eran muy superiores en fuerza artillera. Por lo que respecta al número de combatientes, los dos bandos estaban prácticamente igualados, aunque con una ligera inferioridad cristiana. Treinta y cuatro mil soldados turcos frente a treinta y un mil cristianos, y trece mil marineros y cuarenta y cinco mil remeros turcos frente a los doce mil y cuarenta y tres mil, respectivamente, de la Liga Santa.

La flota cristiana se desplegó en formación de combate, estableciendo un frente de más de seis kilómetros de largo en línea recta, mientras los turcos se dispusieron de forma bastante similar, aunque adoptando la forma de media luna, con la intención de desarrollar una maniobra envolvente. Ya avanzada la mañana, la nave capitana turca, la Sultana, izó un enorme estandarte verde confeccionado en La Meca que contenía versículos del Corán bordados en oro, al tiempo que disparaba un cañonazo en señal de reto a los cristianos. Estos, tras desplegar en la Real, nave capitana cristiana, el estandarte enviado por el Papa, respondieron con dos cañonazos aceptando el combate.

Mientras se desarrollaba la batalla, el Papa S. Pío V oraba incesantemente en el Vaticano por la victoria de la Liga Santa, al tiempo que desde la Iglesia de Santa María in Minerva se organizó una procesión en la cual se iba rezando el Santo Rosario. Cuentan que hallándose el Papa conversando con unos cardenales, abandonó repentinamente la conversación para fijar sus ojos en el cielo romano. Tras unos instantes, el Pontífice cerró el ventanal al cual se había asomado, dirigiéndose a los desconcertados cardenales con las siguientes palabras: "No es hora de hablar más, sino de dar gracias a Dios por la victoria que ha concedido a las armas cristianas".



Tiempo después se comprobó que dicha "revelación" coincidió en el tiempo con la derrota turca en Lepanto, siendo este un hecho que se tuvo en cuenta en el proceso de canonización de S. Pío V.

Al igual que en otras victorias cristianas, el concurso celestial no faltó en Lepanto, pues según numerosos testigos, tanto cristianos cómo turcos, S. Pedro y S. Pablo aparecieron en el cielo rodeados de ángeles espada en mano en apoyo de la Liga Santa.

Con la victoria cristiana, cesó la amenaza turca sobre el Mediterráneo occidental, aunque la coalición cristiana se deshizo debido a desavenencias entre los aliados. La República de Venecia decidió aprovechar la coyuntura favorable para firmar un tratado de paz por su cuenta con el Imperio Otomano.

Desgraciadamente, la L.O.G.S.E. está permitiendo que los jóvenes españoles desconozcan hechos capitales de su historia, cómo este y otros muchos, sonándoles literalmente "a turco". Afortunadamente, los españoles de la época no se andaban con zarandajas de "alianzas de civilizaciones" ni otras memeces por el estilo. Ya puestos a clonar, podrían hacerlo con Felipe II... Y con D. Juan de Austria...

domingo, 5 de octubre de 2008

jueves, 2 de octubre de 2008

Auxilium christianórum

Y entramos en octubre, mes marcado por la festividad de Ntra. Sra. del Rosario, a la que vemos representada en esta estupenda obra del pintor valenciano Vicente López Portaña.

Dicha advocación mariana surgió en la Edad Media en el seno de la Orden Dominica, que la difundió por toda la cristiandad cómo su protectora y titular. A raíz de la victoria cristiana en la Batalla de Lepanto, el Papa S. Pío V, dominico por cierto, instituyó en 1572 la fiesta de la Bienaventurada Virgen Santa María de la Victoria o del Rosario. En 1593, el Papa Gregorio XIII extendió la fiesta litúrgica del Rosario a todas las iglesias y capillas dónde se hubiese erigido cofradía dedicada a esta advocación. En 1716, Clemente XI extiende la festividad a toda la Iglesia Universal, fijando su celebración en el primer domingo de octubre. Posteriormente se trasladó al día siete de octubre, para que coincidiese con la conmemoración de la Batalla de Lepanto. De este acontecimiento histórico ya hablaré en otra ocasión, por cierto...


Durante este mes podríamos decir que se celebran centenares de procesiones y cultos litúrgicos dedicados a la Stma. V. del Rosario, ya que se trata de una devoción muy extendida. No en vano, y es un dato que mucha gente desconoce, fue la gran devoción mariana de Ibi antes de que la sustituyese la devoción a la V. de los Desamparados. Durante el mes intentaré reflejar algunas de ellas, centrándome en las cofradías dedicadas a dicha advocación en la ciudad de Sevilla. Para los que me conocéis, no os es secreta mi vinculación a dicha ciudad y a sus formas cofradieras.

Por cierto, otra fecha próxima y de la que también hablaré, el Nueve de Octubre...